¿Te suenan estas frases? "Me siento mal", “no tengo ganas de nada”, "estoy de bajón", "noto un vacío en mi interior", “me siento perdido”, “no sé qué me pasa”.
El número de personas que acuden a consulta psicológica sin saber qué causa su malestar, es elevado. Esto principalmente se debe a que el malestar emocional no suele asociarse a un solo motivo o desencadenante, sino a la interacción, al conjunto, de múltiples factores.
Las preocupaciones cotidianas, como problemas en el trabajo, con la familia, con la pareja, con los hijos, con tus propios valores y en general, las dificultades de la vida, pueden producirnos sensaciones de malestar que no siempre sabemos definir ni explicar.
En muchas ocasiones no se puede identificar cuál ha sido el detonante, por lo que se añade cierta desorientación. El ser humano tendemos a querer encontrar razones para todo, porque nuestro cerebro está programado para ello, y por lo tanto, detesta la incertidumbre y la falta de control.
Es un hecho, que cuando intentamos luchar contra nuestra corriente de pensamientos, preocupaciones, y emociones desagradables, más difícil nos resulta poder eliminarlos.